¿Cómo duermes?
- Si duermes boca arriba, en posición supina, sobre la espalda, debes escoger colchones duros.
- Si duerme de lado, te puede convenir un colchón de menor firmeza, que permita al hombro hundirse levemente, hasta encontrar una posición cómoda.
¿Cuánto pesas?
- Si pesas bastante, necesitarás colchones firmes, que ofrezcan buena sujeción. En un colchón blando te hundirías en exceso.
- Las personas más ligeras necesitan también colchones de mayor flexibilidad, que se adapten a su forma para repartir mejor el peso.
¿Te mueves mucho?
- Si te mueves mucho mientras duermes te conviene un colchón algo más duro que te permita girarte sin esfuerzo. En un colchón blando te hundirías demasiado, y te costaría girar, lo que resulta incómodo.
¿Pasas calor?
- Si pasas calor, sudas con facilidad o vives en un lugar cálido, los colchones de muelles pueden convenirte más, pues se ventilan mejor y son más frescos.
- Si eres friolero o vives en un lugar frío, los modelos de espuma, de látex o de material visco elástico guardan más el calor.
Otras cuestiones
- Si deseas una base articulada, necesitas un colchón flexible (de espuma, de látex o de muelles embolsados).
- Si eres alérgico al polvo o asmático, se recomienda usar un colchón de espuma o de látex con una funda lavable (salvo, claro está, que seas alérgico al látex).